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domingo, 18 de enero de 2009

Pulgas en las togas de los jueces

El Poder Judicial halla numerosas deficiencias en los juzgados de Alzira y Mislata.
T. Albendín/R. Laguna, ValenciaEl vicepresidente y la portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando de Rosa y Gabriela Bravo, visitaron ayer los juzgados de Alzira y Mislata para constatar in situ las "muy lamentables" condiciones en que se trabaja y las "graves deficiencias" estructurales de estas instalaciones judiciales. La portavoz manifestó que han comprobado "el estado de abandono en que se encuentran estos juzgados por parte de la Conselleria de Justicia en cuanto a medios materiales y personales". Despachos con moho en las paredes, sillas rotas, pulgas en las togas, excrementos de ratas, calefactores que hacen saltar al red eléctrica y ordenadores que se cuelgan... Este es el panorama con que se han encontrado los vocales territoriales del Poder Judicial en Alzira y Mislata.
Todos los jueces con los que se entrevistaron Bravo y De Rosa, también vocales territoriales para la Comunitat Valenciana, coincidieron en manifestar la "sensación de que nos existen para la conselleria de Justicia". Al parecer, nunca obtienen respuesta ante las múltiples quejas o peticiones para solucionar los problemas cotidianos de la falta de medios.
Un ejemplo es el problema que sufrió esta semana un juzgado de Alzira por falta de intérpretes, al tener que dejar en libertad a dos detenidos por no tener traductor de árabe. La empresa que presta el servicio se ha negado a enviar intérpretes ya que desde hace meses la conselleria no le paga.
Una llamada directa
Este problema fue puesto en conocimiento de la Dirección General de Justicia desde diciembre pasado. Pero ha tenido que venir una comisión del Poder Judicial para que se les prometiera una solución inmediata a través de otra empresa. Bastó con una llamada a la conselleria desde el mismo juzgado por parte de uno de los vocales del Consejo.
La portavoz del CGPJ incidió en las deficiencias de los juzgados de Alzira, que están repartidos en tres edificios diferentes, y que "no reúnen las condiciones mínimas de salubridad para poder trabajar con dignidad". Destacó que no se dispone de salas para tener en condiciones a los detenidos y que los abogados deben atenderles en los furgones policiales a las puertas del juzgado.
El mismo espacio, según Bravo, comparten víctimas y detenidos e incluso las parejas que se vana a casar. El problema estructural se traslada al Decanato. Hace un año que la decana pidió a la conselleria que le permitiera trasladar a sus funcionarios al edificio donde tiene su despacho, ya que se encuentran separados por varias calles.
Sin respuesta.
Sin ventilación, en despachos interiores, también la Fiscalía se encuentra hacinada con seis fiscales en 20 metros cuadrados. Sus funcionarios no lo tienen mejor. Estas condiciones, que no han variado, ya fueron denunciadas por Gabriela Bravo como presidenta de la Unión Progresista de Fiscales hace un año al entonces conseller de Justicia, Fernando de Rosa.
El panorama en Mislata es igual de desolador. "Es como retrotraerse unos cuantos siglos. cuesta entender cómo, en pleno siglo XXI un grupo de personas se encuentran trabajando en las condiciones de insalubridad quLos juzgados están en unos bajos que tienen un estado de abandono y de falta de seguridad para los propios jueces, ya que ni siquiera hay un arco voltaico. De nuevo, se repite el problema de no mezclar víctimas y acusados. Sin ventilación, sin videoconferencia, los jueces mostraron a los miembros del CGPJ sus despachos, con moho en las paredes y pulgas hasta en las togas.e reúne el edificio", comentó Bravo.
La conselleria para a la Inspección
Existe un malestar generalizado entre los jueces de instrucción ante la falta de respuesta de la Dirección General de Justicia porque no atienden a ninguna de sus reclamaciones. Cuando llaman, les dicen que hagan un informe y lo remitan por escrito. Los jueces manifiestan que tienen que asumir su propio trabajo y, además, hacer de técnicos de riesgos laborales. Aún así, no reciben nunca respuesta.

"Yo apoyo la huelga porque este edificio no tiene las condiciones mínimas. No está sólo en juego la eficacia de la justicia sino también mi salud", declaró una jueza ante la comisión del CGPJ. Respecto a los ordenadores, a Mislata envían el material de segunda mano que retiran de la Ciudad de la Justicia por obsoleto. Y la falta de personal no tiene respuesta. En caso enfermedad, antes se recupera el trabajador que mandan a un sustituto.
Los inspectores de Trabajo levantaron un acta diciendo que estos juzgados no reúnen las condiciones, pero el expediente está parado porque lo ha recurrido la conselleria, según fuentes judiciales.
Fuente: levante-emv.com

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