Un periodista curioso decidió consultar los registros de la
citada condecoración y no encontró nada referente al caso que Reagan había
relatado.
Cuando el periodista pidió aclaraciones, el portavoz de la
Casa Blanca en aquel momento le dio la siguiente respuesta “si cuentas
una misma historia cinco veces, pasa a ser verdadera”.
Comentarios parecidos se han usado históricamente con fines semejantes; intentar convencer a los demás de que algo es como dices y no como realmente es. Esto es lo que estamos viviendo en las últimas semanas con ocasión de la huelga de LAJ que estamos sufriendo.
Nos quieren convencer, a fuerza de repetirlo una y otra vez, que este colectivo de funcionarios es indispensable porque realiza el 85% del trabajo de la oficina judicial.Es bien
sabido que esta afirmación es totalmente falsa.
Los propios divulgadores de esta farsa están pidiendo al
resto que seamos respetuosos con el ejercicio del derecho de huelga, ejercicio
que desde este sindicato respetamos profundamente, faltaría más, pero ¿no
tenemos derecho, los llamados “cuerpos generales”, al respeto en el ejercicio
de nuestro trabajo?, ¿no se nos está mancillando cuando de manera injusta y
premeditada se está afeando la labor que ejercemos a diario?, ¿no tenemos la
percepción de que para conseguir esos objetivos “vale todo” incluso sembrar la
sensación de que con el LAJ en la oficina los demás sobramos?.
Es cierto que los LAJ cada vez acumulan más funciones
(algunas de estas, como ha escrito algún medio, “son un auténtico insulto a la
inteligencia”) y pretenden justificar con esta aglutinación la existencia de ese
cuerpo, (que en algún momento incluso se planteó la posibilidad de eliminar),
pero es más cierto que gran parte de estas funciones están delegadas a los
“cuerpos generales” y ejecutadas a diario sin reconocimiento alguno.
No vamos a valorar este comportamiento de los LAJ, puesto que
se califica por sí solo y deja a sus protagonistas en el lugar que merecen, lo
que pretendemos es invocar a los integrantes de los “cuerpos generales” a
luchar por la dignidad, a que seamos capaces de transmitir la importancia de
nuestro trabajo y a involucrarnos en la lucha por conseguir el reconocimiento
que nos merecemos, en definitiva, dignificar nuestra labor.
¿No creéis que es el momento idóneo para implicarnos en
ejercer una presión efectiva por la consecución de la Carrera Profesional, por
el reconocimiento laboral y retributivo de esas funciones delegadas que
ejecutamos a diario, por la delimitación y concreción de nuestras tareas?.
¿No creéis que es hora de pegar un golpe en la mesa cuando se
nos pide que hagamos tareas que corresponden a otros, que cobran otros y que
estamos realizando nosotros?
¿No creéis que tenemos que reclamar nuestro sitio en la
oficina y conseguir que se respete a todos los efectos?
El sindicato es una herramienta que tenemos para dar
visibilidad a estas exigencias, aunque no tiene utilidad si no cuenta con el
respaldo de todos los compañeros y compañeras a los que representa. Es inviable
exigir a los sindicatos “hay que hacer algo” ante situaciones como las
descritas si después no existe un respaldo multitudinario a las iniciativas que
estos promueven.
Somos funcionari@s de la Administración de Justicia, independientes, profesionales cualificados y con vocación de servicio público.
El sindicato por sí solo no es nada,
el sindicato eres tú.
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