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lunes, 24 de febrero de 2014

La Ciudad de la Justicia refuerza las losas de la fachada para evitar más desprendimientos

Técnicos comienzan a fijar algunas de las piezas con un material adhesivo resistente a los cambios de temperatura para reducir el riesgo.
En la Ciudad de la Justicia ya hay quien se pregunta con cierta sorna si el edificio de los juzgados no lo diseñaría también el arquitecto Santiago Calatrava. Los juzgados de Valencia tienen su particular calvario del trencadís con la losetas de la fachada. El pasado año, un desprendimiento de una de las piezas, justo a la salida de la puerta principal, hirió a tres personas. Entre ellas, un vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que asistía a un curso en las instalaciones. Tras el accidente -sólo el azar evitó consecuencias más graves- se realizó una revisión de la fachada para garantizar que no existía riesgo inmediato de que se sucedieran accidentes similares. Los técnicos todavía debieron fijar losas que comprobaron que no se encontraban perfectamente sujetas.
La tarea de esta semana supone un paso más en la seguridad. Se trata de minimizar el riesgo en un edificio y sus alrededores por los que cada día transitan miles de personas. La mayoría de las losetas se encuentran fijadas a la pared por medio de un sistema de anclajes.
Sin embargo, la posición de determinadas piezas, por ejemplo, aquellas de las esquinas y las que rodean las ventanas, no se pudieron ejecutar de esta forma. Se utilizó un adhesivo de polvo de mármol. Y este material es el que se está sustituyendo durante estos días ya que, al parecer, ofrece poca resistencia a los cambios bruscos de temperatura. Esta fue la causa principal, según las fuentes oficiales consultadas, de los desprendimientos que se registraron en abril del pasado ejercicio. Ahora se incorporará un adhesivo elástico que respondería mejor a una variación repentina de las condiciones meteorológicas.
Técnicos de mantenimiento han comenzado esta semana a trabajar en las cercanías del juzgado de guardia. Varios fragmentos de la fachada fueron marcados con una equis, señal de que serán sustituidos a lo largo de las próximas horas. Resulta complicado aventurar el número de piezas que se reforzarán, pero podrían superar el centenar.
Los problemas en las instalaciones judiciales -conviene recordar que fue referente en Europa de este tipo de construcciones- son producto de algunos defectos de construcción y, especialmente, de la ausencia de un mínimo mantenimiento.
El edificio se inauguró en 2003, aunque entró en funcionamiento aproximadamente un año más tarde. Desde hace aproximadamente dos años, las deficiencias se hacen cada día más patentes.
Por ejemplo, el desprendimiento de numerosas baldosas en las escaleras y pasarelas del edificio ha obligado a sustituir el suelo de esta parte del edificio. En la actualidad, las obras afectan a la zona central. Aparte está el problema -parece imposible que no se solucione- de los ascensores. Esta semana llegaron a funcionar sólo dos de los nueve ascensores destinados al público. Los aparatos reservados para el desplazamiento de los trabajadores tampoco ofrecen una respuesta satisfactoria.
Un detalle ilustra el estado de la Ciudad de la Justicia. Un cartón hace de puerta del juzgado de guardia desde hace medio año. Todavía no se ha sustituido.

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