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martes, 17 de noviembre de 2009

Los juzgados de la Comunitat cierran su peor año con juicios atrasados hasta 2011


Los funcionarios mantienen los paros pese a la ampliación de horario propuesta por la Conselleria
La lista de problemas que atenazan la justicia en la Comunitat es casi tan amplia como los montones de asuntos acumulados en los despachos. Los juzgados de lo Mercantil acabarán 2009 asumiendo tres veces más causas de lo recomendado. En Social y Primera Instancia se han duplicado. Algunas salas han tenido que cerrar por falta de funcionarios. Otras, porque ni siquiera tenían papel de oficio. El peor año de la Justicia valenciana deja cifras de récord: ya se están señalando juicios para 2011.
«Sin duda, en cuanto a volumen de trabajo podemos calificar 2009 como el peor año de la historia», reconoció el juez decano de Valencia, Pedro Viguer. Y es que la realidad es escandalosa: un magistrado trabaja como dos o tres debido a la sobrecarga de expedientes. El colapso es abrumador. Las citaciones para los juicios son la prueba más fehaciente. Los asuntos contenciosos se están señalando para de aquí un año y medio, es decir, que no se celebrarán hasta abril de 2011.
Por primera vez en la historia, los jueces han secundado dos huelgas para pedir más personal y nuevos órganos judiciales con los que poder hacer frente al aumento de trabajo, que se ha doblado por la crisis. Aún no ha habido avances. «Seguimos igual o peor. Estamos más que desbordados», lamentó el portavoz en la Comunitat de la asociación Francisco de Vitoria, José Luis Rubido.
Los 14 juzgados que entrarán en marcha a finales de año, apenas aliviarán la saturación. «Son apaños que no solucionan el problema. Es como ir corriendo tras un tren que siempre avanza más deprisa», explicó el portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, Francisco Silla.
Los funcionarios de lo Social también se han plantado. Desde octubre secundan paros de 50 minutos para pedir un aumento de plantilla que les ayude a asumir la avalancha de despidos y reclamaciones económicas a las empresas que llegan a sus oficinas. La Conselleria de Justicia puso el lunes una solución sobre la mesa: que sus juzgados abran por las tardes. Pero la ampliación de horario no agrada a los empleados públicos por lo que mantienen las protestas y amenazan con una huelga a principios de diciembre.
La radiografía de la justicia valenciana desvela situaciones límites. El 22 de junio, el juzgado de lo Penal número 7 de Valencia no pudo prestar servicio al no disponer de suficiente personal. Además, la falta de medios humanos en esa jurisdicción obliga a suspender un 5% de los juicios.
Los juzgados de los pueblos son los peor parados. «Somos los grandes olvidados», aseguró la decana de Alzira, Begoña Estañ. «La situación aquí es drámatica. Contamos con los mismos seis juzgados mixtos que se crearon hace más de una década con lo que necesitamos de forma urgente, como mínimo, uno más», solicitó.
Pero ese no es el único quebradero de cabeza en Alzira. La casi inexistente inversión en material es tal que no cuentan ni con servicio de limpieza. «Tenemos que llevarnos el papel higiénico y el jabón de casa», apuntaron algunos empleados públicos.
Uno de los casos más gráficos de las dificultades que atraviesan los partidos judiciales se produjo en septiembre en Sueca. La sala número 3 tuvo que cerrar porque se quedaron sin papel de oficio para instruir las diligencias. Otros juzgados, como Mislata, Llíria y Sagunto también sufren la escasez de folios.
Cajas de cartón
La falta de estanterías para archivar los asuntos se suma al amplio catálogo de deficiencias. En Gandia, Moncada, Sueca y Massamagrell apilan los documentos en cajas de cartón que amontonan en el suelo. «Algunos funcionarios han optado por traerse sus propias estanterías de casa», afirmó Campayo. En un juzgado de Villena han tenido que ocupar hasta el cuarto de baño para archivar los expedientes. «Necesitamos más espacio y estanterías. Perdemos mucho tiempo para buscar un asunto porque está todo sin clasificar», se quejó un funcionario de lo Mercantil de Valencia. El caos, sumado a la sobrecarga de trabajo, les ha pasado factura y el 80% de su plantilla ha pedido el traslado a otros juzgados menos saturados. «De las nueve personas que trabajaban hasta ahora en cada órgano, siete se han ido. Así que la situación todavía se agrava más porque casi todo el personal es nuevo y, con todos los asuntos que entran, hay que empezar de cero con ellos. Es una locura», lamentaron los funcionarios.

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