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miércoles, 28 de enero de 2015

Con el radiador de casa al juzgado

Parte del Decanato y la Fiscalía del Palacio de Justicia de Alicante llevan desde noviembre sin calefacción.

Existen lugares dentro del Palacio de Justicia de Alicante que ponen los pelos verdaderamente de punta. Si bien es cierto que por sus dependencias pasan a diario personas acusadas por delitos de toda índole, en este caso la sensación es literal y sucede como consecuencia del frío.
Concretamente, las inclemencias del invierno las padecen los trabajadores del ala del Decanato, desde donde se reparten los asuntos a los juzgados entre otras tareas, y de la Fiscalía de guardia, desde el pasado mes de noviembre, ya que no tienen calefacción.
Según parece, la situación podría resolverse, pero una vez la estación invernal ya nos haya abandonado. Actualmente, los funcionarios del Decanato, así como la plantilla de Fiscalía y el representante del ministerio público de turno, puesto que le corresponde a un miembro de la carrera fiscal cada día, lo llevan como buenamente pueden.

Las instalaciones afectadas se ubican en la planta baja del imponente inmueble. En el área responsable del reparto de asuntos se ha optado por una solución que no termina de cuajar. Las trabajadoras han decidido llevarse los radiadores de casa ante lo que parece una fuga de gas del sistema de calefacción.
Sin embargo, es imposible poner en marcha demasiados aparatos de calor, pues la instalación eléctrica del Palacio de Justicia de la capital alicantina no lo soporta y de vez en cuando se desploma por saturación. Por ello, las propietarias de los radiadores los encienden a medio gas. En una de las oficinas han colocado incluso un brasero eléctrico como medida para evitar constipados. Porque el principal problema de la falta de grados radica en el aumento de posibilidades para enfermar, como lamentan algunos de los empleados de la planta, indignados con la situación.
Las posibilidades de calentar los departamentos resultan escasas, porque a poco que se enciendan los calefactores puede saltar el automático, lo que conlleva que los ordenadores se vengan abajo. De ahí que el equipo de la Fiscalía de guardia opte por no enchufar aparatos desarrollar su tarea bien abrigados, aunque leer atestados resulte más complejo con unos gordos guantes de lana.
La cosa se pone peor los fines de semana. Con el resto de dependencias cerradas y con gran parte del suministro eléctrico desactivado, la sensación de frío se agudiza en la que fuese la cárcel en pleno barrio de Benalúa de Alicante. El juzgado de guardia no cierra nunca, así como el Decanato, que ha de distribuir las causas que llegan de urgencia cada día, sea domingo o festivo. Tampoco falta un equipo del representante del fiscal.
La plantilla afectada lo ha puesto de manifiesto y el equipo de mantenimiento del Palacio de Justicia es conocedor de la situación, que dio traslado a la Dirección General de Justicia. Sin embargo, hasta que se pueda solventar el entuerto ha sido preciso identificar la fuga y sacar la reparación a concurso público para que sea la empresa con mejor presupuesto la que le ponga fin. Y hasta ahí ha llegado el proceso burocrático, a la espera de que una firma se quede con el arreglo del sistema de calefacción.
La angosta Fiscalía del palacio también sufre del mismo mal, sobre todo en el archivo donde se guardan las causas de tiempos pasados y los asuntos que van entrando cada año. Pese a ello, allí la solución resulta difícil, ya que hasta dicha dependencia no llega el sistema de calefacción.
Ahora bien, que cuando la canícula, intensa en esta tierra, hace acto de presencia, se invierten las tornas. En las instalaciones más modernas, en los juzgados de Pardo Gimeno, el efecto invernadero de las cristaleras unido a los constantes fallos del aire acondicionado convierten la zona en una auténtica sartén.
Mientras, las viejas instalaciones se mantienen a la espera de que llegue la ansiada reforma integral. Por el momento, la Conselleria de Gobernación y Justicia ha sacado a licitación la primera fase de la reforma de los juzgados de Benalúa en Alicante, con un presupuesto base de 636.014,86 euros. Esta fase inicial de los trabajos se refiere a la modernización y ampliación del centro de transformación y renovación de las instalaciones generales de baja tensión, y el plazo de ejecución es de 60 días.
Así lo publicaba el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV) el pasado 3 de diciembre de 2014, donde se especificaban los pormenores de la contratación de las obras. Mientras, las carencias se prolongarán hasta que los operarios de la reforma completen del todo el trabajo, que se extenderá desde 2015 hasta, si todo va como previó el exconseller Serafín Castellano, el año 2018.
Fuente: www.laverdad.es

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