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miércoles, 26 de marzo de 2014

Parte de la Ciudad de la Justicia se queda cuatro horas a oscuras por una avería

El apagón en los despachos de Fiscalía y decanato se suma a una cadena de problemas e incidencias en el edificio construido hace una década.
La Ciudad de la Justicia, de nuevo, es protagonista por sus problemas de mantenimiento y numerosas deficiencias. La de ayer tuvo que ver con el sistema de iluminación, un aspecto novedoso hasta la fecha en la catarata de incidencias que registra el edificio. Una avería dejó sin luz todas las dependencias de la Fiscalía -las ubicadas en el primer piso- así como parte del decanato y del Registro Único de Entrada.
Las citadas instalaciones amanecieron sin luz. Por suerte, los ordenadores que utilizan fiscales y funcionarios sí funcionaban porque no comparten el mismo sistema. No obstante, trabajar a oscuras no sólo resulta incómodo sino que, en ocasiones, dificulta terriblemente la tarea.
Algunos despachos de Fiscalía, ubicados junto a la cristalera exterior, gozan de un buen torrente de luz. Estos profesionales, por suerte, capearon mejor el temporal. No ocurrió lo mismo en las dependencias interiores, las más cercanas al pasillo. Allí se pudo ver alguna imagen curiosa como la de algún responsable del Ministerio Público que observaba documentación con un flexo. La misma dificultad presentaba el trabajo para los funcionarios, que ocupan sin excepción la parte central de estos despachos.

El apagón comenzó a las ocho de la mañana y no quedó totalmente solventado hasta las doce del mediodía. La incidencia no obligó a suspender o retrasar juicios, según las fuentes consultadas.
Al parecer, la causa de la incidencia se debió a un «pico de tensión» que quizá se produjo durante el fin de semana. Esto hizo que se estropeara uno de los circuitos. Finalmente se solucionó el problema colocando los diferentes cuadros en modo manual en vez del automático. Por la tarde, una vez finalizada la jornada laboral de los profesionales de las dependencias, estaba previsto que un técnico lo desconectara.
El apagón, sin más, podría ser calificado de anécdota, de hecho aislado. Nada más lejos de la realidad. Lo que evidencia el edificio es una falta de mantenimiento evidente a lo largo de la década que lleva en funcionamiento tras una inversión de más de 100 millones de euros.
La fachada es otro de los puntos débiles de los juzgados de Valencia. El desprendimiento de una loseta causó tres heridos el pasado año. Se han realizado varias revisiones de la parte exterior y en la última, tal y como avanzó LAS PROVINCIAS, se procedió a sustituir decenas de piezas, que no estaban fijadas a la pared, para colocar un adhesivo más resistente a los cambios de temperatura. Al parecer esta fue la causa del primer desprendimiento.
Otro asunto que ha supuesto quebraderos de cabeza para los responsables del edificio: los ascensores. Los usuarios del edificio -público, abogados y procuradores- se han encontrado en algunas jornadas con que sólo funcionan la mitad de los aparatos. La mayoría de los usuarios opta finalmente por subir por las escaleras. Los elevadores destinados a trabajadores, los de acceso restringido, también sufren problemas de mantenimiento. No son pocos los que se encuentran fuera de servicio.
Sustitución del suelo
La Ciudad de la Justicia -en una de las escasas intervenciones de los últimos años- está ahora sustituyendo el pavimento de una de las escaleras exteriores del edificio. Las obras en las otras dos ya han finalizado. L a actuación se debe a que numerosas baldosas de mármol se encontraban sueltas. El riesgo de tropiezos y caídas era notable.
El último informe acerca del estado de la infraestructura -tiene algo más de un año- alertaba de que el 20% de los 260 baños de los juzgados de Valencia tenía algún problema de fontanería. No resulta extraño que algunos permanezcan cerrados o que si se mantienen abiertos no todos los urinarios puedan ser utilizados. En aquel plan de mejora también se preveía el cambio de las plantas en el jardín del zaguán.
Más recientemente se han agudizado también los problemas en los ordenadores que utilizan funcionarios, jueces y fiscales. Los aparatos se quedan bloqueados con demasiada frecuencia y los técnicos que acuden al rescate no sorprenden precisamente por su rapidez. Se debe, no obstante, a la carga de trabajo de los informáticos.
El sistema de climatización del edificio ya es un caso aparte. Algunas fuentes apuntan a que nunca ha funcionado correctamente. Los problemas se suceden tanto en invierno como en verano.

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