El decanato advierte de que es «imposible» sacar adelante el trabajo diario con tan pocos medios humanos. La Generalitat suprimió la mitad de la plantilla hace 4 años. Las colas protagonizan el día a día del acceso a los Juzgados a primera hora
Hace cuatro
años el registro perdió a la mitad de su plantilla. Y así siguen. Dos de
los cuatro puestos de trabajo están vacantes, sin que la Generalitat, competente
para dotar de medios humanos los juzgados, haya hecho nada y pese a las
reclamaciones formales en este sentido del juzgado. La cola de usuarios
comienza a formarse sobre las siete de la mañana, la apertura de las
dependencias se hace a las nueve. Desde hace unos años la cita previa
por internet ha evitado los conflictos entre ciudadanos pero no la
espera. En un registro civil -dependiente del juzgado de Primera
Instancia- empieza y termina la vida de una persona. Inscripción de
recién nacidos, matrimonios, separaciones, divorcios, régimen económico
de los matrimonios, tutelas, libros de familia, certificados de
defunción- que deben cumplimentarse además en 24 horas-, o trámites
documentales como la expedición de una fe de vida para que los jubilados
puedan percibir su pensión. El Registro Civil de Torrevieja tramitó
1.351 asuntos en 2012 y ha resuelto otros 673 durante lo que va de año.
Eso como ejemplo, porque las estadísticas van más allá según los datos
aportados por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad.
La
oficina tiene pendientes a fecha de hoy 1.050 expedientes de
nacionalidad aprobados y denegados, y 1.000 de estos trámites aprobados
para realizar el juramento -última fase para completar la nacionalidad y
que en algunos casos se demora durante meses pese a que el resto del
papeleo está terminado-. Se trata de los trámites más complejos y que
exigen la participación de otras organismos. La capacidad del juzgado de Torrevieja sólo da para señalar 80 de estos juramentos al mes.
Como
los medios son escasos, desde hace años el Registro ha tenido que
dividir sus funciones por días. Los lunes y miércoles los dedican a
tramitar diez expedientes de matrimonio y cinco de cita previa, además
de cambio de nombre, inscripciones de nacimiento fuera de plazo,
duplicados de libros de familia o reconocimientos maternos. Los martes y
los jueves están reservados para tramitar diez expedientes de
nacionalidad-que exigen una atención de más de media hora por usuario- e
inscripciones de recién nacido. Los viernes le toca el turno a las fes
de vida -entre 50 y 100 en esa jornada-. Y todos los días se presta
atención al público y otros trámites más específicos. Cualquier
acontecimiento de la vida tiene su reflejo en el Registro, todo sigue
haciéndose a base de papeleo -a la espera de la informatización prevista
en toda España para 2014-. El más pequeño error genera otro expediente.
Y hay más. A todo ese trabajo hay que sumar las peticiones de
información de los propios juzgados para instruir sus propios asuntos.
En estos momentos hay 805 exhortos por cumplimentar en ese ámbito.
Justicia quiere privatizar el servicio, derivarlo a los notarios y que se cobren tasas
El escaso interés mostrado por la Generalitat en reforzar de personal los registros civiles tiene como trasfondo la reforma que ha propuesto el Gobierno central para eliminar los registros civiles como tales en los juzgados, cobrar por algunos servicios que ahora son gratuitos y derivar su tramitación al sector de los notarios. La reforma del Registro Civil prevista por el Gobierno de Mariano Rajoy, de momento aparcada, tiene como primera consecuencia que las bodas civiles, oficiadas hasta ahora por los jueces de manera gratuita, pasarán a ser competencia de los notarios y los cónyuges deberán pagar al notario unos 90 ó 100 euros, tasas que cobran algunos ayuntamientos que celebran bodas.
El escaso interés mostrado por la Generalitat en reforzar de personal los registros civiles tiene como trasfondo la reforma que ha propuesto el Gobierno central para eliminar los registros civiles como tales en los juzgados, cobrar por algunos servicios que ahora son gratuitos y derivar su tramitación al sector de los notarios. La reforma del Registro Civil prevista por el Gobierno de Mariano Rajoy, de momento aparcada, tiene como primera consecuencia que las bodas civiles, oficiadas hasta ahora por los jueces de manera gratuita, pasarán a ser competencia de los notarios y los cónyuges deberán pagar al notario unos 90 ó 100 euros, tasas que cobran algunos ayuntamientos que celebran bodas.
Los
actos obligatorios, como nacimientos o defunciones, y las
certificaciones seguirán siendo "gratuitas" en el nuevo registro, que
quedará encomendado a registradores de la Propiedad y Mercantiles. Estos
actos suponen entre el 80 y el 90% de la actividad de estas oficinas.
El
ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón vende el nuevo modelo como
una oportunidad de dotarle de una mayor eficiencia al incrementar la
"interoperabilidad informática con un importante ahorro" a la
Administración, que gasta cerca de 450 millones de euros anuales en todo
el país para mantener el servicio público. Inicialmente esta reforma
proponía entregar los registros a funcionarios públicos como secretarios
judiciales, algo que se ha descartado porque sería necesario ofertar
más plazas. De momento todos los colectivos afectados por la reforma,
que debería entrar en vigor en 2014, la han rechazado de plano. Los
notarios porque deberán cobrar por alguno de los trámites pero otros los
asumirían de forma gratuita
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