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domingo, 13 de septiembre de 2009

Los juzgados de Alzira llevan un mes sin limpiarse porque la encargada está de vacaciones


El mal olor de los cuartos de baño, las papeleras a rebosar y la acumulación de polvo evidencian la falta de mantenimiento.
Los juzgados de Alzira tienen muchas cuentas pendientes, pero no todas son casos que deban instruir los jueces. Cientos de papeles inservibles, capas del polvo cada vez más gruesas sobre el mobiliario y el mal olor de los cuartos de baño ofrecen pruebas irrefutables de que alguien debe actuar ya en el edificio y no es precisamente un magistrado ni un abogado. Y es que nadie limpia estas instalaciones desde mediados de agosto.
«La señora de la limpieza nos dejó una nota diciendo que a partir del 17 de agosto no vendría a limpiar porque tenía vacaciones hasta el 15 de septiembre», comentaba ayer indignado uno de los funcionarios que trabajan en los juzgados de Alzira.
La mujer apura ya sus días de asueto. En todo ese tiempo a la empresa adjudicataria del servicio no se le a ocurrido enviar a nadie a sustituirla. «Nos dijo que en el lavabo de caballeros había productos de limpieza y que en el de señoras había dejado papel higiénico por si nos hacía falta», contó este trabajador.
Basta con darse una vuelta por las instalaciones judiciales para comprobar la necesidad de limpieza. Un ejemplo de ello es el juzgado número 2 de Alzira. Las papeleras son las primeras que indican la carencia que vive la instalación. Estos recipientes ya no dan más de sí y los trabajadores deben ingeniárselas para tratar de generar menos residuos o colocar estos en bolsas.
Si algún empleado no tiene la papelera a rebosar es porque él mismo la ha vaciado. De hecho, LAS PROVINCIAS pudo comprobar que en el primer piso, había una llena de latas de refrescos, de botellas y de papeles. No era la única, ya que justo junto al despacho de uno de los jueces otro de los recipientes estaba repleto de folios y de hojas de periódico. «Cada día, nos vemos obligados a recoger la basura ya que de lo contrario, esto sería una porquería», señala otro empleado.
Los bancos estaban hasta ayer mismo llenos de botellas de agua vacías, pruebas del crimen de haber tenido sed. Algunos recipientes permanecían en los asientos por un comportamiento incívico. Otros, porque la papelera más cercana ya sufría exceso de cupo. «Me daba vergüenza ver esto y las he quitado para ofrecer un aspecto menos lamentable», comentaba uno de los trabajadores.
Mientras tanto, las mesas, repletas de expedientes a causa de la falta de medios siguen acumulando restos de polvo mientras el suelo no ofrece el mejor aspecto para quien acude por algún motivo a este juzgado. Así, son los propios trabajadores quienes realizan también algunas labores de limpieza para dignificar en la medida de lo posible.
Pero esto no es lo peor. Quien debe entrar en el servicio sí que sufre en sus carnes la falta de limpieza. «Los lavabos huelen fatal y se ha acabado el papel para secarnos las manos».
«Tengo que desinfectar el lavabo con lejía cada vez que voy al baño. Lo que no puede ser es que la señora de la limpieza se vaya un mes de vacaciones y que aquí no envíen a nadie», señaló otro de los trabajadores del juzgado de Alzira. «Estamos quemados. Esto es ya una desidia».
Y es que esta es sólo una más de las tantas deficiencias que los empleados de este edificio judicial han tenido que soportar durante los últimos años. De hecho, los funcionarios estuvieron antes del verano 20 días no consecutivos parados debido a averías informáticas en los ordenadores, lo que provocó que los expedientes se amontonaran a la espera de ser volcados en el ordenador.
Otra reivindicación
«Cada dos por tres pasa algo. Cuando no es una cosa es otra y siempre estamos igual», criticó un funcionario, quien además destacó otra carencia también reivindicada desde hace tiempo en Alzira: un ascensor.
«Este edificio no tiene buenos accesos para las personas discapacitadas», criticó un empleado, quien añadió: «Incluso las estanterías que hay en mi despacho las he tenido que traer de mi casa. Esto ya es demasiado».
Los funcionarios, unos indignados y otros con verdadera ansia, esperan la llegada el martes de la mujer de la limpieza para que ponga en orden el edificio judicial.
Fuente: www.lasprovincias.es

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