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sábado, 12 de febrero de 2011

La falta de papel obliga a reducir la letra y a imprimir a doble cara las sentencias


Cuatro juzgados de lo Penal reciben in extremis un par de cajas de folios tras estar dos jornadas sin material


La situación resulta cómica y lamentable al mismo tiempo. La Ciudad de la Justicia, una de las instalaciones punteras en Europa, no está al mismo nivel en cuanto a los medios de los que disponen jueces, secretarios y funcionarios.
Los juzgados de lo Penal recibieron a última hora del día dos paquetes de folios con los que capear el temporal. Al menos, cuatro ya cumplían su segunda jornada sin papel. «Pero esto sólo nos durará unos tres días», explicaron fuentes judiciales. De hecho, justo el mismo día que llegó este material hicieron otro pedido.
La situación es kafkiana. El titular de uno de los juzgados ha optado por una solución de urgencia que da idea de la gravedad del problema: reducir el tamaño de la letra -siempre que se pueda leer, claro- e imprimir sentencias por las dos caras. Igual que cuando un estudiante aumenta el tamaño y el interlineado de un trabajo para que sea más voluminoso. Aquí, lo triste, es que se hace para economizar gastos.
«Siempre he intentado ahorrar papel, pero es que ahora esto es una necesidad. Estamos justos, escasos», lamentó el juez. Lo que en un principio fue una elección -tamaño de letra e impresión a dos caras- ahora se ha convertido en obligación. Pero hasta para eso se topan con problemas: el de las impresoras. «Es muy complicado porque las máquinas que tenemos se atascan en muchas ocasiones».
De hecho, algunos juzgados, que comparten pasillo, llegan a esconder parte del papel para no tener que prestar. Quedarse sin folios supone, en la práctica, paralizar la actividad. Por ejemplo, un trabajador comentaba ayer que tenían que ir guardando el trabajo en el ordenador a la espera de poder sacarlo en soporte físico. El juez decano, Pedro Viguer, lamentó ayer la precariedad de medios. Y lo peor es que no parece que el problema vaya a tener una solución a corto plazo.
Más de lo mismo
En el resto de juzgados la situación es igual de dramática. «Ahora ya no podemos pedir material. Hay que solicitarlo a la Conselleria y si quieren, pues te lo traen», explica un secretario judicial. Lo extraño es que la situación no haya explotado todavía. «Mire, yo lo tengo muy claro. El día que no tenga un bolígrafo para escribir, dejo de trabajar».
Funcionarios y jueces reconocieron a este periódico que se ha hablado incluso de comprar folios con su propio dinero. «No descarto hacerlo», dijo ayer el responsable de uno de los juzgados de lo Penal.
La empresa suministradora del material no renovó el contrato con la Conselleria por las deudas acumuladas en el abono de los pedidos. Recientemente, el director general de Justicia, Antonio Gastaldi, reconoció el retraso a la hora de proporcionar el material para los juzgados. Ahora lo tramita la administración para «racionalizar».
Fuente: www.lasprovincias.es

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